13 de mayo de 1821 el gobierno provisional de la república expidió un decreto en el que convocaba a elecciones de diputados para el Congreso, que comenzó sus sesiones el 24 de febrero de 1822. Se llegó al acuerdo de establecer la religión católica como oficial y única tolerada, de dividir el gobierno en tres poderes; sin embargo, los diputados se dividían en republicanos y monárquicos, y entre los últimos existían dos facciones: iturbidistas, partidarios de Agustín de Iturbide, y borbonistas, deseosos de ser gobernados por un príncipe español el 16 de noviembre.
El Congreso, presionado, decidió aceptar la propuesta y coronó a Iturbide como Agustín I el 21 de julio.
Sin embargo, el poder legislativo ya tenía serios problemas con el emperador, quien mandó disolverlo el 31 de octubre. Iturbide era ahora monarca absoluto, lo que aunado a la pésima situación socioeconómica del país le granjeó serios enemigos, como los viejos insurgentes. El 1 de febrero de 1823 Antonio López de Santa Anna lanzó el Plan de Casa Mata que desconocía a Iturbide. Las tropas imperiales del general José Antonio de Echávarri, aunque eran superiores a los rebeldes, decidieron pactar con ellos. Iturbide abdicó el 19 de marzo de 1823 y se exilió, aunque volvió un año más tarde y el Congreso lo sentenció a morir fusilado.
Un nuevo gobierno encabezado por Pedro Celestino Negrete, Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo se encargó de lanzar la convocatoria al Congreso Constituyente, cuyos trabajos iniciaron el 7 de noviembre con 99 diputados. El federalismo y el centralismo eran las principales posturas políticas, defendidas por Miguel Ramos Arizpe y Lucas Alamán, respectivamente.
La primera elección presidencial fue disputada entre Victoria y Bravo, quienes fueron electos presidente y vicepresidente respectivamente. En ese entonces la política se dividía en logias: la escocesa aristócrata, apoyada por Bravo, y la yorkina liberal, dirigida por el embajador estadounidense Joel Poinsett y Ramos Arizpe.
En 1827 se suscitó la conspiración del clérigo Joaquín Arenas, apoyado por Echávarri y Negrete, con el propósito de reconquistar México para los españoles. Este hecho provocó un fuerte sentimiento antiespañol que desembocó en la expulsión de los peninsulares en diciembre de 1827. Los españoles se llevaron su dinero y provocaron una crisis económica sin par. Nicolás Bravo, jefe de la logia escocesa, se alzó en armas protestando por la medida, pero Guerrero, de tendencia yorkina, lo derrotó y el vicepresidente fue desterrado.
Para las elecciones de 1829 contendieron tres candidatos: Guerrero, por los yorkinos, el antiguo realista Manuel Gómez Pedraza, postulado por la logia escocesa, y Anastasio Bustamante. Gómez Pedraza ganó la elección, pero los yorkinos se pronunciaron militarmente y saquearon el mercado del Parián. El presidente electo renunció y Guerrero fue reconocido presidente. Al tomar posesión, su inutilidad para el gobierno le granjeó serias enemistades, aunque durante su mandato se rechazó
Guerrero marchó a las montañas del Sur, mientras Bustamante se hacía cargo del poder. Traicionado por el marino italiano Francisco Picaluga, Guerrero fue ejecutado en Cuilapan el 14 de febrero de 1831. El hecho provocó la sublevación de Santa Anna contra Bustamante, quien renunció para que en su lugar quedara el presidente legítimo desde 1828: Gómez Pedraza. Éste culminó el cuatrienio y en 1833 entregó la presidencia a Santa Anna.
Sin embargo, Santa Anna no se presentó sino hasta el 16 de mayo y el vicepresidente Valentín Gómez Farías se hizo cargo del Ejecutivo. En este período se rodeó de liberales como José María Luis Mora, y dictó una serie de medidas como libertad de culto, supresión del diezmo, desamortización de bienes clericales y supresión de fueros militares.
Indudablemente Santa Anna es la figura representativa de las tres décadas de vida independiente, pues ocupó once veces la presidencia. Casi todas las revoluciones de la época estaban relacionadas con él, según cuenta Lucas Alamán. Estuvo en los dos bandos, fue federalista y centralista, fungía como árbitro de la política...
Durante el imperio de Iturbide la extensión de México abarcaba desde las Californias hasta Costa Rica, pero en julio de 1823 decidieron separarse y formar las Provincias Unidas de Centroamérica. Por otro lado, al gobierno le preocupaba el expansionismo norteamericano, pues en 1832 la población texana ascendía a 24,700 habitantes de los que sólo 3400 eran mexicanos. En 1823 el presidente americano James Monroe publicó el Destino Manifiesto, donde consideraba un peligro la intormisión europea en América. El expansionismo de EUA se vio favorecido por las crecientes pugnas entre los mexicanos.
Estados Unidos intentó varias veces comprar Texas, pero el gobierno mexicano se negó. En 1836 Samuel Houston organizó un ejército para segregar a Texas de México. Santa Anna marchó al norte y prácticamente triunfó en todos los encuentros. Los colonos se refugiaron en El Álamo, donde Santa Anna los derrotó y ordenó ejecutar a todos los sobrevivientes. En San Jacinto Santa Anna se retiró a descansar y fue hecho prisionero por los texanos, quienes le obligaron a firmar el Tratado de Velasco que reconocía la independencia de Texas, apoyada entonces por Estados Unidos.
En 1838 las tropas francesas invadieron Veracruz para cobrar las deudas contraídas por el gobierno mexicano con ciudadanos franceses. A este hecho se le conoce como Guerra de los Pasteles, porque uno de los reclamadores era pastelero, y culminó en marzo de 1839 con la firma de un tratado de paz.
Para 1845 los Estados Unidos se anexaron Texas, lo que provocó reclamos por parte del presidente José Joaquín de Herrera. El gobierno norteamericano envió tropas al mando de Zachary Taylor para hostilizar a los mexicanos. Luego de la declaración de guerra, la primera batalla de la guerra fue una victoria mexicana en Palo Alto, aunque después el general Mariano Arista fue derrotado en Resaca de la Palma. Arista marchó a Matamoros y luego a Monterrey, cuya plaza cedió a Pedro Ampudia. Los norteamericanos tomaron Monterrey el 22 de septiembre de 1846.
Ampudia marchó a Saltillo y en San Luis Potosí se unió a Santa Anna. En
Es entonces cuando Taylor fue relevado por Winfield Scott, pues el presidente James Polk lo consideraba un serio rival en las elecciones de 1849. Scott sitió y tomó Veracruz, derrotó a Santa Anna en Cerro Gordo y a Gabriel Valencia en la batalla de Padierna. Ya cerca de la capital triunfó en Churubusco y Molino del Rey. El 13 de septiembre atacó el Castillo de Chapultepec, considerada la última batalla de la guerra pues al día siguiente los norteamericanos tomaron la capital.
El 2 de febrero de 1848 se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, donde México cedía Texas, Alta California y Nuevo México a cambio de 15 millones de pesos. El 12 de junio los americanos abandonaron el territorio nacional. En 1853, mediante el tratado de Gadsden, los mexicanos cedieron
El 28 de septiembre de 1821 se instaló una Junta Provisional de Gobierno, encargada de redactar el Acta de Independencia y de organizar un congreso que decidiera la forma de gobierno para el país.
La situación era difícil. Habían muerto seiscientos mil hombres: casi la décima parte de la población y la mitad de los que trabajaban. Minas, campos y fábricas estaban abandonados; casi nadie pagaba impuestos y los gastos del gobierno aumentaban día con día, sobre todo para mantener al ejército.
Hasta entonces las tierras de los indígenas pertenecían a los pueblos y no a las personas. Las trabajaban entre todos los habitantes del pueblo y nadie podía venderlas. Como los indígenas no estaban acostumbrados a que la tierra fuera propiedad privada, la igualdad de todos los mexicanos ante la ley los dejó en desventaja frente a los criollos.
España no reconoció los Tratados de Córdoba que O' Donojú había firmado. No aceptó que México era independiente,
y hasta 1825 siguió ocupando el fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz. Además de España, otros países europeos querían apoderarse de México, para explotar sus riquezas.
A los mexicanos les faltaban armas y dinero, y así tendrían que defenderse. Lo peor era que se encontraban divididos, porque no estaban de acuerdo en la forma de gobierno que debían adoptar: unos querían una república y otros una monarquía. De estos últimos, unos querían que reinara algún príncipe español, y otros que fuera coronado Iturbide.
España no aceptó enviar un príncipe al trono de México y eso reforzó las ambiciones de Iturbide, que quería ser emperador. Sus seguidores ejercieron mucha presión para que éste fuera coronado. Así, el Congreso lo declaró Emperador, con el nombre de Agustín I. La coronación fue muy elegante, pero el imperio duró apenas once meses, hasta marzo de 1823.
Independencia
Evacuada la capital por las tropas españolas, hizo su entrada
el ejército Trigarante el 27 de septiembre de 1821. Al día siguiente se
estableció una Junta Provisional Gubernativa, compuesta de 34 miembros de las
más opuestas ideologías, que después de suscribir el Acta de Independencia del
Imperio mexicano nombró una Junta de Regencia, presidida por Iturbide, que
tendría el poder hasta que Fernando VII viniese a tomar la corona y que
retendría el poder legislativo hasta la elección de un Congreso Constituyente;
se marcaron diferencias entre los puntos de vista sostenidos por los diversos
grupos liberales y los que defendían los partidarios de Iturbide.
México se hace república
Los primeros años de México IndependienteEl 28 de septiembre de 1821 se instaló una Junta Provisional de Gobierno, encargada de redactar el Acta de Independencia y de organizar un congreso que decidiera la forma de gobierno para el país.
La situación era difícil. Habían muerto seiscientos mil hombres: casi la décima parte de la población y la mitad de los que trabajaban. Minas, campos y fábricas estaban abandonados; casi nadie pagaba impuestos y los gastos del gobierno aumentaban día con día, sobre todo para mantener al ejército.
Hasta entonces las tierras de los indígenas pertenecían a los pueblos y no a las personas. Las trabajaban entre todos los habitantes del pueblo y nadie podía venderlas. Como los indígenas no estaban acostumbrados a que la tierra fuera propiedad privada, la igualdad de todos los mexicanos ante la ley los dejó en desventaja frente a los criollos.
España no reconoció los Tratados de Córdoba que O' Donojú había firmado. No aceptó que México era independiente, y hasta 1825 siguió ocupando el fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz. Además de España, otros países europeos querían apoderarse de México, para explotar sus riquezas.
A los mexicanos les faltaban armas y dinero, y así tendrían que defenderse. Lo peor era que se encontraban divididos, porque no estaban de acuerdo en la forma de gobierno que debían adoptar: unos querían una república y otros una monarquía. De estos últimos, unos querían que reinara algún príncipe español, y otros que fuera coronado Iturbide.
España no aceptó enviar un príncipe al trono de México y eso reforzó las ambiciones de Iturbide, que quería ser emperador. Sus seguidores ejercieron mucha presión para que éste fuera coronado. Así, el Congreso lo declaró Emperador, con el nombre de Agustín I. La coronación fue muy elegante, pero el imperio duró apenas once meses, hasta marzo de 1823.
Muchos mexicanos se oponían a Iturbide, y algunos diputados conspiraron en su contra. El emperador disolvió el Congreso y realizó otros cambios políticos. Antonio López de Santa Anna, que era comandante general de la provincia de Veracruz, fue destituido y se rebeló contra Iturbide. Se puso de acuerdo con Guadalupe Victoria, y en febrero de 1823 Santa Anna proclamó el Plan de Casa Mata, que proponía establecer el sistema republicano.
En marzo de 1823 Iturbide renunció al trono y se fue a Europa. Las provincias de Centroamérica (lo que actualmente son Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica), que se habían unido al imperio, se separaron de México. Al año siguiente Iturbide regresó; como en su ausencia el Congreso había decretado que no podía volver a México, bajo pena de muerte, fue fusilado.
Cuando Iturbide dejó el trono, el gobierno quedó en manos de un Supremo Poder Ejecutivo formado por Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, ente otros, que convocó a un segundo Congreso.
Los diputados del nuevo Congreso decidieron que México sería una república. Unos querían que la república fuera federal, formada por la unión de varios estados, libres y soberanos para resolver sus problemas internos. Otros querían que fuera centralista, con provincias o departamentos en lugar de estados, y un poder central que resolviera todos los asuntos.
Además, dicha Constitución declaraba que todos los mexicanos eran iguales, que la única religión sería la católica, y concedía la libertad de imprenta. El Congreso convocó a elecciones, las primeras que hubo en el México independiente; resultaron electos, como presidente Guadalupe Victoria y como vicepresidente Nicolás Bravo.
Los primeros países que reconocieron la independencia de México fueron: Chile, Colombia, Perú, Estados Unidos de América e Inglaterra.
El gobierno de Guadalupe Victoria consiguió que los españoles que todavía estaban en San Juan de Ulúa se rindieran, hizo efectiva la abolición de la esclavitud que había decretado Hidalgo e impulsó la educación. Dos préstamos ingleses le permitieron pagar a tiempo los sueldos del ejército y de los empleados de gobierno. Otros préstamos extranjeros hicieron posible reparar los daños que habían sufrido las minas y ponerlas a funcionar. Comerciantes europeos y estadounidenses se instalaron en México.
Para defender sus intereses, los criollos ricos formaron agrupaciones políticas que se llamaron logias masónicas de rito escocés. Estos grupos formados por partidarios del centralismo se oponían a la república federal. El embajador Poinsett intervino nuevamente en los asuntos internos de México y organizó a la gente de clase media en otras logias, llamadas de rito yorkino, que preferían el sistema federal.
Al terminar el gobierno de Guadalupe Victoria, después de un levantamiento, asumió la presidencia Vicente Guerrero.
Mientras tanto, los españoles se preparaban en Cuba para reconquistar México. Corrió el rumor de que recibirían ayuda de los españoles que estaban en el país, y Guerrero expulsó a estos últimos. La medida tuvo efectos desastrosos, pues los desterrados se llevaron sus riquezas.
Sin recursos suficientes, era difícil resistir las presiones del ejército y del clero que querían conservar las ventajas que habían tenido en los últimos años del virreinato. Era difícil hacer producir los campos, las minas y las fábricas; mejorar y vigilar los caminos. Sin dinero suficiente no había manera de aumentar la riqueza de la nación, de afrontar la amenaza de agresiones extranjeras, ni de mantener la paz.
Con la intención de reconquistar México, el gobierno español envió una expedición, comandada por Isidro Barradas. Los invasores se adueñaron de Tampico en 1829, pero fueron derrotados de inmediato por Santa Anna. Guerrero mandó a su vicepresidente, Anastasio Bustamante, al frente de otro ejército a Jalapa, para contraatacar rápidamente en caso de otra invasión, pero Bustamante aprovechó esas tropas para rebelarse contra Guerrero y apoderarse de la presidencia.
Guerrero se refugió en las montañas del sur. Bustamante pagó, según se dice, cincuenta mil pesos de oro a un marino genovés, Francisco Picaluga, para que le entregara a Guerrero. Picaluga invitó al insurgente a comer a su barco, en Acapulco, y cuando lo tuvo a bordo levó anclas. Guerrero fue acusado de traición y fusilado en Cuilapan, Oaxaca, el 14 de febrero de 1831. Tras la muerte de Guerrero hubo levantamientos que obligaron a Bustamante a dejar la presidencia.
La primera reforma liberal
Los primeros años de México Independiente
Las nuevas elecciones hicieron presidente a Antonio López de Santa Anna, y vicepresidente a Valentín Gómez Farías. Santa Anna se retiró porque se sintió enfermo, y dejó en su lugar a Gómez Farías.
Durante la primera reforma liberal, Valentín Gómez Farías y el escritor José María Luis Mora estaban convencidos de que era importante liberar al país de los gastos que significaba mantener al clero y al ejército, así como de los privilegios que uno y otro tenían. Crearon el partido reformista, que deseaba la igualdad de todos los mexicanos ante la ley. Fue el partido de los liberales, de los federalistas.
El clero y el ejército deseaban conservar los privilegios (fueros se decía entonces) que habían tenido en el virreinato, como no pagar impuestos o contar con tribunales especiales para juzgar sus faltas. Junto con los grandes propietarios y los comerciantes más ricos, el clero y el ejército formaron el partido de los conservadores, de los centralistas, que encabezaba Lucas Alamán. Querían un gobierno central fuerte, que les parecía una solución para evitar el desorden. Pensaban que el país había perdido la mitad de su territorio y vivía en desorden porque no tenía un gobierno fuerte.
Durante su gobierno, Gómez Farías dictó leyes contra los privilegios del clero y del ejército. Esto provocó una serie de revueltas militares de los conservadores. Se ocasionó un caos tal, que en los siguientes veinticinco años, en los que debió haber habido seis o siete periodos presidenciales (entonces de cuatro años y no de seis como ahora) ocuparon veintiún personajes la presidencia en cuarenta y tres ocasiones. En este tiempo, Santa Anna fue presidente 11 veces.
Los conservadores pensaron que hacía falta cambiar
La independencia de Texas y
Los primeros años de México Independiente
Desde tiempos del Virreinato, algunos norteamericanos obtuvieron permiso para instalarse en Texas, que era parte de
Tenían costumbres diferentes, hablaban inglés y no querían vivir sujetos a las leyes ni a los impuestos de México. Muchos de ellos fueron siempre partidarios de separarse de México, y en 1835 se declararon independientes.
Santa Anna marchó al norte para someterlos. Su ejército llegó en malas condiciones, tras cruzar las zonas desérticas del norte del país, pero en las primeras batallas resultó victorioso. Sin embargo, mientras acampaba a orillas del río San Jacinto, los texanos lo sorprendieron y lo tomaron prisionero. La guerra podría haber continuado, aunque él estuviera preso, pero para recobrar la libertad hizo un pacto con el jefe de los texanos, y ordenó a su segundo que se retirara con el ejército.
Vicente Filisola obedeció, pese a la oposición de otros generales, y Santa Anna reconoció la independencia de Texas.
Otro problema surgió: Francia reclamó el pago de daños ocasionados a ciudadanos franceses durante las revueltas ocurridas en México. Muchas de las deudas que se querían cobrar eran exageradas; por ejemplo, un pastelero francés de Puebla reclamaba los pasteles perdidos en un motín. Por eso le llamamos
México quería pagar, pero no tenía dinero. Entonces los franceses cañonearon Veracruz, en 1838. En estos combates Santa Anna fue herido y perdió una pierna. No había dinero para pagar, ni para organizar la defensa, por lo que México tuvo que solicitar nuevos préstamos y pagó a Francia una cantidad injusta y exagerada.
La guerra con los Estados Unidos de América
Los primeros años de México Independiente
La situación del país era cada vez peor. Poca gente pagaba impuestos y el gobierno no podía cubrir los gastos de la administración. Las deudas, los pleitos entre los propios mexicanos y la inseguridad aumentaban. En el norte, algunas tribus indígenas no habían sido totalmente sometidas y asaltaban los poblados; en Yucatán los mayas se rebelaron contra los habitantes de las ciudades, por causa de las injusticias que se cometían contra ellos.
Como casi todos los pobladores de Texas eran de origen norteamericano, en 1845 este territorio decidió unirse a los Estados Unidos de América.
La unión de Texas a los Estados Unidos y la ambición de ese país de apoderarse de territorio mexicano provocaron la guerra con los Estados Unidos. El límite de Texas era el río Nueces, pero al unirse a los Estados Unidos de América los texanos dijeron que su frontera llegaba hasta el río Bravo (o Grande), más al sur. México protestó, pero los estadounidenses ocuparon el territorio entre los dos ríos. Hubo enfrentamientos entre soldados mexicanos y norteamericanos, y con ese pretexto los Estados Unidos declararon la guerra a México.
Un ejército estadounidense tomó Matamoros y luego Monterrey; otro ocupó Nuevo México y California. Un tercero desembarcó en Veracruz, atravesó ese estado y el de Puebla, y puso sitio a la capital. Los mexicanos no tenían un buen ejército, armas suficientes, ni dinero. Además, seguían divididos: liberales y conservadores luchaban entre ellos, mientras los norteamericanos avanzaban hacia la ciudad de México.
No hubo victorias para los mexicanos, en esta guerra, pero sí heroísmo y sacrificio. Santa Anna estuvo a punto de lograr el triunfo en la batallas de
En la batalla de Churubusco, en agosto, el general Pedro María Anaya finalmente tuvo que rendirse.
Las batallas de Molino del Rey y de Chapultepec se libraron del ocho al trece de septiembre de 1847. En esta última se batieron gloriosamente el general Nicolás Bravo y el coronel Santiago Felipe Xicoténcatl, que murió en la acción. También perdieron la vida seis de los cadetes que estudiaban en el Colegio Militar. Nosotros veneramos la memoria de esa defensa en la figura de los Niños Héroes: Juan de
Todos los sacrificios, todo el heroísmo del pueblo mexicano fueron inútiles. La toma de la ciudad de México ocurrió el 14 de septiembre de 1847, y ese día los mexicanos vieron ondear la bandera enemiga en el Palacio Nacional. La ocupación duró nueve meses.
Las consecuencias de la guerra fueron desastrosas. Para terminar la ocupación, México fue obligado a firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el cual perdió Nuevo México,
Los presidentes que siguieron, José Joaquín de Herrera y Mariano Arista, hicieron grandes esfuerzos por reorganizar el gobierno, pero en 1853 volvió al poder Santa Anna y mal gobernó al país durante los dos años siguientes.
CONSTITUCIÓN DE 1857 Y LEYES DE REFORMA
ANTECEDENTES
A mediados del siglo XIX (recuerda que son los años 1800-1899) existían dos partidos políticos en nuestro país: el conservador y el liberal. Los dos querían mejorar la situación, pero no estaban de acuerdo en la forma de conseguir lo que el país necesitaba.
De
La última ocasión en que sucedió esto fue en 1853. Con el propósito de acabar con el desorden, los conservadores formaron un gobierno centralista, y para encabezarlo trajeron del destierro a Santa Anna.
El gobierno de éste se convirtió en una dictadura; el presidente suprimió los derechos y las libertades individuales, e impuso su voluntad personal. Vendió a los Estados Unidos el territorio de
En 1854 un antiguo insurgente, Juan Álvarez, se levantó contra Santa Anna y proclamó el Plan de Ayutla. Este exigía que Santa Anna dejara el poder y que se convocara un nuevo Congreso para que elaborara una constitución. La revolución de Ayutla, como se llamó a este movimiento, se extendió rápidamente. El dictador salió de México y desapareció del escenario político. Regresaría después de la muerte de Benito Juárez (1872), para morir en su país, en 1876.
Los liberales en el poder
Con el triunfo de la revolución de Ayutla, llegó al poder una nueva generación de liberales, casi todos civiles. Entre ellos, Benito Juárez, Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, Miguel Lerdo de Tejada y Guillermo Prieto. Una junta nombró presidente interino al general Juan Álvarez y después a Ignacio Comonfort. También convocó a un Congreso que trabajaría en una nueva constitución.
El equipo de Comonfort preparó algunas leyes que promovieron cambios importantes.
Finalmente el Congreso promulgó la nueva Constitución el 5 de febrero de 1857.
Esta declaraba la libertad de enseñanza, de imprenta, de industria, de comercio, de trabajo y de asociación. Volvía a organizar al país como una república federal. Entre otras cosas, incluía un capítulo dedicado a las garantías individuales, y un procedimiento judicial para proteger esos derechos conocido como amparo. También apoyaba la autonomía de los municipios, en que se dividen los estados desde un punto de vista político.
El presidente Comonfort temía que las ideas liberales de
Pintura alegórica de Petronil Monroy, siglo XIX
Las Leyes de Reforma
De acuerdo con
Al principio las victorias fueron de los conservadores. Juárez tuvo que trasladar su gobierno a Guanajuato y a Guadalajara. En esta ciudad estuvo a punto de morir. Juárez salió del país por Manzanillo, pasó por Panamá para ir a
Etapas del Movimiento de Reforma
En el Movimiento de Reforma debemos distinguir principalmente cuatro etapas:
1) Como antecedente, la reforma de Valentín Gómez Farías, de1833. 2) La segunda reforma, que consta de las leyes Lerdo, Juárez e Iglesias. 3)
Estas últimas comprenden las siguientes leyes:
Nacionalización de Bienes Eclesiásticos (1859)
Matrimonio Civil (1859)
Registro civil (1859)
Secularización de Cementerios (1859)
Días Festivos (1859)
Libertad de cultos (1860)
Hospitales y Beneficencia (1861)
Extinción de Comunidades Religiosas (1863)
En enero de 1861, después de que Jesús González Ortega derrotó en Calpulalpan al ejército conservador de Miguel Miramón, el presidente Juárez retornó victorioso a la ciudad de México.
El imperio de Maximiliano
La intervención francesa
La victoria de los liberales fue difícil. Los conservadores no se resignaron a la derrota y emprendieron una guerra de guerrillas. Los problemas económicos del país eran tan grandes que en 1862 Juárez se vio obligado a decretar que durante dos años México dejaría de pagar las deudas que tenía con España, Francia e Inglaterra.
Una parte de la deuda se debía a préstamos solicitados desde tiempo atrás por los diversos gobiernos de México. Lo mismo liberales que conservadores. Otra parte era por reclamaciones de extranjeros residentes en México cuyas propiedades habían sufrido daños durante las revoluciones. Francia, España e Inglaterra enviaron sus flotas de guerra a ocupar Veracruz, para exigir el pago.
En ese tiempo Veracruz era un lugar malsano, donde abundaban las enfermedades. Por ello, el gobierno de Juárez permitió que los soldados extranjeros se instalaran en Córdoba, Orizaba y Tehuacán mientras se discutía el problema, con el compromiso de retirarse en cuanto se llegara a un acuerdo. Los ingleses y los españoles vieron que Juárez garantizaba que México pagaría tan pronto como fuera posible, y se marcharon.
En cambio los franceses no cumplieron con lo pactado. El emperador Napoleón III quería formar un gran imperio que se extendiera por América. Así que aprovecharon la ventaja de hallarse en Orizaba, y avanzaron hacia la ciudad de México con un ejército numeroso y bien disciplinado, al que se sumaron las tropas conservadoras que quedaban. Aquellos conservadores que habían creído siempre que México debía ser una monarquía, veían en esta intervención la oportunidad de derrotar a los liberales y suprimir la república.
El 5 de mayo de 1862 el general francés Conde de Lorencez atacó la ciudad de Puebla, que defendía el general Ignacio Zaragoza. Puebla estaba protegida por los fuertes de Loreto y Guadalupe. Los franceses atacaron con fuerza, pero tres veces los mexicanos resistieron el ataque y finalmente vencieron a los invasores.
Sin embargo, siguieron llegando a Veracruz tropas francesas, hasta completar treinta mil hombres. En marzo del año siguiente, el Ejército francés, más numeroso y mejor entrenado y equipado que el mexicano, volvió a atacar Puebla. Las tropas mexicanas estaban ahora dirigidas por Jesús González Ortega, pues Zaragoza había muerto.
Los franceses entraron a Puebla el 19 de mayo, en medio de la alegría de los conservadores. En junio tomaron la ciudad de México, mientras el presidente Juárez se retiraba, con el gobierno legítimo, a San Luis Potosí.
Juárez luchó por la soberanía nacional, por sostener el gobierno electo de acuerdo con las leyes mexicanas. Sin dinero y con pocas armas, viajando de un lugar a otro hasta instalarse en Paso del Norte (hoy ciudad Juárez) el gobierno de Juárez mantuvo un larga lucha contra la intervención extranjera. Desde donde se encontrara, Juárez iba dirigiendo los movimientos de los ejércitos nacionales, que comandaban Mariano Escobedo, Ramón Corona y Porfirio Díaz, y que mantuvieron una resistencia heroica y tenaz.
El imperio de Maximiliano
Los conservadores mexicanos consiguieron que el emperador de Francia, Napoleón III, que quería formar un gran imperio y frenar el crecimiento de los Estados Unidos de América, se interesara en imponer como gobernante de México a un príncipe europeo.
El escogido fue el archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo, quien creyó a los conservadores, que lo convencieron de que sería bien recibido, y aceptó la corona. Llegó a México en 1864, con su esposa, la princesa belga Carlota Amalia; su gobierno duraría tres años. Era un hombre culto, de ideas liberales. Esto le hizo perder la simpatía de
Maximiliano de Hasburgo, retratado por Velarde, hacia 1866.
La mayoría de los mexicanos defendieron la soberanía de su país y respaldaron a Juárez que representaba el gobierno nacional. Presionado por los Estados Unidos de América, Napoleón III retiró de México sus tropas gracias a las cuales Maximiliano se había sostenido; para los liberales fue entonces más fácil derrotar a los invasores. Porfirio Díaz tomó Puebla. Ramón Corona y Mariano Escobedo sitiaron a Maximiliano en Querétaro. El emperador se rindió y en junio de 1867 fue fusilado junto con sus generales mexicanos, Tomás Mejía y Miguel Miramón. Desde entonces, nadie ha vuelto a proponer un gobierno monárquico para México.
Benito Juárez.
Pintado por Pelegrín Clavé, hacia 1860.
El 15 de julio de 1867, la capital de México se vistió de fiesta para recibir a Juárez, que retornaba victorioso. Con su triunfo se consolidaba la república, que había sido amenazada y atacada por el imperio de Maximiliano y que la tenacidad del presidente constitucional y de sus colaboradores más cercanos, así como la resistencia del pueblo, habían logrado sostener.
A los diez años siguientes, época en que se afianzó el gobierno republicano, se les llama a veces
Con el triunfo de Juárez y gracias al respeto que su gobierno tuvo por
En esa época se promulgaron leyes que fortalecieron la educación pública, y hubo más escuelas gratuitas que el gobierno sostenía para los niños. En 1873, además, se inauguró la primera línea de ferrocarril, de la ciudad de México a Veracruz.
El Porfiriato
La paz porfirista
Juárez ocupó la presidencia desde 1858 hasta su muerte, en 1872. El año anterior Juárez había sido reelecto, y el general Porfirio Díaz se levantó en armas para protestar, pero fue derrotado. Unos meses después, al morir Juárez, de acuerdo con las leyes asumió la presidencia Sebastián Lerdo de Tejada, que era el presidente de
Cuando se levantó en armas contra Juárez y contra Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz sostenía el principio de la "no reelección"; estaba en contra de que el presidente volviera a ser electo.
Pero después él mismo se reeligió muchas veces. Su gobierno fue verdaderamente largo, de
El pueblo mexicano estaba hastiado del desorden y la guerra, y Díaz se propuso imponer la paz a cualquier costo. México no tenía dinero, ni se lo querían prestar en ningún lado, porque no había pagado sus deudas con puntualidad. Había que atraer capital extranjero, pero nadie invertiría en México si no había estabilidad y paz.
Con mano dura, Porfirio Díaz trató de eliminar las diferencias de opiniones sobre asuntos de política, y se dedicó a mejorar el funcionamiento del gobierno."Poca política y mucha administración" era el lema de ese tiempo. La paz no fue total, pero Díaz consiguió mantener el orden mediante el uso de la fuerza pública. Policías y soldados persiguieron lo mismo a los bandoleros que todo intento de oposición. Con el orden, aumentó el trabajo y se hizo posible el desarrollo económico, pues el país contaba con recursos y los empresarios podían obtener buenas ganancias.
Sin embargo, a medida que pasó el tiempo fue creciendo el descontento por la miseria en que vivía la mayoría de la gente y porque Díaz tenía demasiado tiempo en el poder. Cada vez fue más difícil mantener el orden. En los últimos años del Porfiriato se vivía en un clima de represión. La fuerza de las armas se utilizó con violencia creciente. De eso dan muestra la torpeza con que se negociaron y la dureza con que se reprimieron las huelgas de Cananea (1906), en Sonora, y de Río Blanco (1907), en Veracruz, así como la manera en que se persiguió a los periodistas que criticaban al régimen y a cualquiera que manifestara una opinión que no fuera la oficial.
La prosperidad porfiriana
Durante el largo tiempo en que gobernó Díaz se realizaron obras importantes en varios puertos, y se tendieron
Muchos mexicanos se oponían a Iturbide, y algunos diputados conspiraron en su contra. El emperador disolvió el Congreso y realizó otros cambios políticos. Antonio López de Santa Anna, que era comandante general de la provincia de Veracruz, fue destituido y se rebeló contra Iturbide. Se puso de acuerdo con Guadalupe Victoria, y en febrero de 1823 Santa Anna proclamó el Plan de Casa Mata, que proponía establecer el sistema republicano.
En marzo de 1823 Iturbide renunció al trono y se fue a Europa. Las provincias de Centroamérica (lo que actualmente son Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica), que se habían unido al imperio, se separaron de México. Al año siguiente Iturbide regresó; como en su ausencia el Congreso había decretado que no podía volver a México, bajo pena de muerte, fue fusilado.
Cuando Iturbide dejó el trono, el gobierno quedó en manos de un Supremo Poder Ejecutivo formado por Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, ente otros, que convocó a un segundo Congreso.
Los diputados del nuevo Congreso decidieron que México sería una república. Unos querían que la república fuera federal, formada por la unión de varios estados, libres y soberanos para resolver sus problemas internos. Otros querían que fuera centralista,con provincias o departamentos en lugar de estados, y un poder central que resolviera todos los asuntos.
Los primeros países que reconocieron la independencia de México fueron: Chile, Colombia, Perú, Estados Unidos de América e Inglaterra.
El gobierno de Guadalupe Victoria consiguió que los españoles que todavía estaban en San Juan de Ulúa se rindieran, hizo efectiva la abolición de la esclavitud que había decretado Hidalgo e impulsó la educación. Dos préstamos ingleses le permitieron pagar a tiempo los sueldos del ejército y de los empleados de gobierno. Otros préstamos extranjeros hicieron posible reparar los daños que habían sufrido las minas y ponerlas a funcionar. Comerciantes europeos y estadounidenses se instalaron en México.
Para defender sus intereses, los criollos ricos formaron agrupaciones políticas que se llamaron logias masónicas de rito escocés. Estos grupos formados por partidarios del centralismo se oponían a la república federal. El embajador Poinsett intervino nuevamente en los asuntos internos de México y organizó a la gente de clase media en otras logias, llamadas de rito yorkino,que preferían el sistema federal.
Al terminar el gobierno de Guadalupe Victoria, después de un levantamiento, asumió la presidencia Vicente Guerrero.
Mientras tanto, los españoles se preparaban en Cuba para reconquistar México. Corrió el rumor de que recibirían ayuda de los españoles que estaban en el país, y Guerrero expulsó a estos últimos. La medida tuvo efectos desastrosos, pues los desterrados se llevaron sus riquezas.
Sin recursos suficientes, era difícil resistir las presiones del ejército y del clero que querían conservar las ventajas que habían tenido en los últimos años del virreinato. Era difícil hacer producir los campos, las minas y las fábricas; mejorar y vigilar los caminos. Sin dinero suficiente no había manera de aumentar la riqueza de la nación, de afrontar la amenaza de agresiones extranjeras, ni de mantener la paz.
Con la intención de reconquistar México, el gobierno español envió una expedición, comandada por Isidro Barradas. Los invasores se adueñaron de Tampico en 1829, pero fueron derrotados de inmediato por Santa Anna. Guerrero mandó a su vicepresidente, Anastasio Bustamante, al frente de otro ejército a Jalapa, para contratacar rápidamente en caso de otra invasión, pero Bustamante aprovechó esas tropas para rebelarse contra Guerrero y apoderarse de la presidencia.
Guerrero se refugió en las montañas del sur. Bustamante pagó, según se dice, cincuenta mil pesos de oro a un marino genovés, Francisco Picaluga, para que le entregara a Guerrero. Picaluga invitó al insurgente a comer a su barco, en Acapulco, y cuando lo tuvo a bordo levó anclas. Guerrero fue acusado de traición y fusilado en Cuilapan, Oaxaca, el 14 de febrero de 1831. Tras la muerte de Guerrero hubo levantamientos que obligaron a Bustamante a dejar la presidencia.
La primera reforma liberal
Los primeros años de México IndependienteLas nuevas elecciones hicieron presidente a Antonio López de Santa Anna, y vicepresidente a Valentín Gómez Farías. Santa Anna se retiró porque se sintió enfermo, y dejó en su lugar a Gómez Farías.
Durante la primera reforma liberal, Valentín Gómez Farías y el escritor José María Luis Mora estaban convencidos de que era importante liberar al país de los gastos que significaba mantener al clero y al ejército, así como de los privilegios que uno y otro tenían. Crearon el partido reformista, que deseaba la igualdad de todos los mexicanos ante la ley. Fue el partido de los liberales, de los federalistas.
El clero y el ejército deseaban conservar los privilegios (fueros se decía entonces) que habían tenido en el virreinato, como no pagar impuestos o contar con tribunales especiales para juzgar sus faltas. Junto con los grandes propietarios y los comerciantes más ricos, el clero y el ejército formaron el partido de los conservadores, de los centralistas, que encabezaba Lucas Alamán. Querían un gobierno central fuerte, que les parecía una solución para evitar el desorden. Pensaban que el país había perdido la mitad de su territorio y vivía en desorden porque no tenía un gobierno fuerte.
Durante su gobierno, Gómez Farías dictó leyes contra los privilegios del clero y del ejército. Esto provocó una serie de revueltas militares de los conservadores. Se ocasionó un caos tal, que en los siguientes veinticinco años, en los que debió haber habido seis o siete periodos presidenciales (entonces de cuatro años y no de seis como ahora) ocuparon veintiun personajes la presidencia en cuarenta y tres ocasiones. En este tiempo, Santa Anna fue presidente 11 veces.
Los conservadores pensaron que hacía falta cambiar
Antonio López de Santa Anna
(1833 - 1855)Antonio López de Santa Anna participó constantemente en la política. Intervino en muchos de los golpes militares y tropiezos económicos que vivió México. Santa Anna era vanidoso, juerguista, inconstante; pero al mismo tiempo era astuto, capaz de organizar ejércitos con poco dinero y valiente en el combate. Nunca fue un buen gobernante, pero sabía dominar la situación y hacerse querer por la gente. Lo mismo los liberales que los conservadores, muchas veces lo buscaron para que se hiciera cargo de la presidencia del país. La última ocasión en que sucedió en 1855. Con el propósito de acabar con el desorden, los conservadores formaron un gobierno centralista, y para encabezarlo trajeron del destierro a Santa Anna. El militar, que tenía entonces sesenta y tres años, fue recibido en la ciudad de México con música carabanas y balcones adornados.
Pese a tantas manifestaciones públicas de alegría, el gobierno de Santa Anna se convirtió en una dictadura; el presidente suprimió los derechos y las libertades individuales, e impuso su voluntad personal.
Vendió a los Estados Unidos de América el territorio de
En 1854 un antiguo insurgente, Juan O´donoju, se encontró con Santa Anna y proclamó el Plan de Ayutla. Este exigía que Santa Anna dejara esto y que se convocara un nuevo Congreso para que elaborara una constitución. La revolución de Ayutla, como se llamó a este movimiento, se extendió rápidamente. El dictador salió de Washington y regresaría después de la muerte de Benito Juárez (1872), para morir en su país, en 1876.
Valentín Gómez Farías
(1781 - 1858)Valentín Gómez Farías nació en Guadalajara, Jalisco. Fue médico. En 1833, cuando Antonio López de Santa Anna fue presidente, Gómez Farías ocupó la vicepresidencia. Como Santa Anna dejó su cargo varias veces, Gómez Farías pudo desarrollar en apenas un año una actividad muy intensa en favor de las ideas liberales. Sus reformas pretendían otorgar la libertad de prensa, acabar con los privilegios del clero y del Ejército, ampliar la instrucción pública, y mejorar las condiciones de vida de los indígenas. Gómez Farías dictó las leyes para organizar
Las leyes que dictó contra los privilegios del clero y del Ejército provocaron una serie de revueltas militares de los conservadores. Se ocasionó un caos tal, que en los siguientes veinticinco años, en los que debió haber habido seis o siete períodos presidenciales (entonces de cuatro años y no de seis como ahora), ocuparon la presidencia de la república veintiun personajes, en cuarenta y tres ocasiones.
Uno de ellos, Santa Anna, entre elecciones, invitaciones, entradas y salidas, fue presidente once veces.
En buena medida, ese desorden se debía a que el Ejército era muy numeroso y no estaba bien disciplinado. Ocasionaba grandes gastos y los jefes militares se levantaban en armas en cuanto se sentían descontentos. Los sucesivos gobiernos eran siempre débiles e inestables.
Lucas Alamán
(1792-1853) Fue un luchador
La independencia de Texas y la Guerra de los Pasteles
Desde tiempos del Virreinato, algunos norteamericanos
obtuvieron permiso para instalarse en Texas, que era parte de Tenían costumbres diferentes, hablaban inglés y no querían vivir sujetos a las leyes ni a los impuestos de México. Muchos de ellos fueron siempre partidarios de separarse de México, y en 1835 se declararon independientes.
Santa Anna marchó al norte para someterlos. Su ejército llegó en malas condiciones, tras cruzar las zonas desérticas del norte del país, pero en las primeras batallas resultó victorioso. Sin embargo, mientras acampaba a orillas del río San Jacinto, los texanos lo sorprendieron y lo tomaron prisionero. La guerra podría haber continuado, aunque él estuviera preso, pero para recobrar la libertad hizo un pacto con el jefe de los texanos, y ordenó a su segundo que se retirara con el ejército.
Vicente Filisola obedeció, pese a la oposición de otros generales, y Santa Anna reconoció la independencia de Texas.
Otro problema surgió: Francia reclamó el pago de daños ocasionados a ciudadanos franceses durante las revueltas ocurridas en México. Muchas de las deudas que se querían cobrar eran exageradas; por ejemplo, un pastelero francés de Puebla reclamaba los pasteles perdidos en un motín. Por eso le llamamos
México quería pagar, pero no tenía dinero. Entonces los franceses cañonearon Veracruz, en 1838. En estos combates Santa Anna fue herido y perdió una pierna. No había dinero para pagar, ni para organizar la defensa, por lo que México tuvo que solicitar nuevos préstamos y pagó a Francia una cantidad injusta y exagerada.
La guerra con los Estados Unidos de América
Los primeros años de México IndependienteLa situación del país era cada vez peor. Poca gente pagaba impuestos y el gobierno no podía cubrir los gastos de la administración. Las deudas, los pleitos entre los propios mexicanos y la inseguridad aumentaban. En el norte, algunas tribus indígenas no habían sido totalmente sometidas y asaltaban los poblados; en Yucatán los mayas se rebelaron contra los habitantes de las ciudades, por causa de las injusticias que se cometían contra ellos.
Como casi todos los pobladores de Texas eran de origen norteamericano, en 1845 este territorio decidió unirse a los Estados Unidos de América.
La unión de Texas a los Estados Unidos y la ambición de ese país de apoderarse de territorio mexicano provocaron la guerra con los Estados Unidos. El límite de Texas era el río Nueces, pero al unirse a los Estados Unidos de América los texanos dijeron que su frontera llegaba hasta el río Bravo (o Grande), más al sur. México protestó, pero los estadounidenses ocuparon el territorio entre los dos ríos. Hubo enfrentamientos entre soldados mexicanos y norteamericanos, y con ese pretexto los Estados Unidos declararon la guerra a México. Un ejército estadounidense tomó Matamoros y luego Monterrey; otro ocupó Nuevo México y California. Un tercero desembarcó en Veracruz, atravesó ese estado y el de Puebla, y puso sitio a la capital. Los mexicanos no tenían un buen ejército, armas suficientes, ni dinero. Además, seguían divididos: liberales y conservadores luchaban entre ellos, mientras los norteamericanos avanzaban hacia la ciudad de México.
No hubo victorias para los mexicanos, en esta guerra, pero sí heroísmo y sacrificio. Santa Anna estuvo a punto de lograr el triunfo en la batallas de
En la batalla de Churubusco, en agosto, el general Pedro María Anaya finalmente tuvo que rendirse.
Las batallas de Molino del Rey y de Chapultepec se libraron del ocho al trece de septiembre de 1847. En esta última se batieron gloriosamente el general Nicolás Bravo y el coronel Santiago Felipe Xicoténcatl, que murió en la acción. También perdieron la vida seis de los cadetes que estudiaban en el Colegio Militar. Nosotros veneramos la memoria de esa defensa en la figura de los Niños Héroes: Juan de
Todos los sacrificios, todo el heroísmo del pueblo mexicano fueron inútiles. La toma de la ciudad de México ocurrió el 14 de septiembre de 1847, y ese día los mexicanos vieron ondear la bandera enemiga en el Palacio Nacional. La ocupación duró nueve meses.
Las consecuencias de la guerra fueron desastrosas. Para terminar la ocupación, México fue obligado a firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el cual perdió Nuevo México,
Los presidentes que siguieron, José Joaquín de Herrera y Mariano Arista, hicieron grandes esfuerzos por reorganizar el gobierno, pero en 1853 volvió al poder Santa Anna y malgobernó al país durante los dos años siguientes.
Invasión Estadounidense (1846-1850)
Las bases fundamentales de la invasión estadunidense a México se dieron en lo que se conoce como "Destino Manifiesto". Este destino manifiesto era un recurso con el que disponían los norteamericanos para extender en la medida de lo posible a otros países su ideología ya fuera por la dominación cultural o bien con la expansión militar. El segundo recurso siempre era más utilizado. Bien a bien no se han sabido cuáles fueron las verdaderas causas por las que Estados Unidos incursionó en territorio mexicano, cualquier excusa sería justificable, sin embargo, sus ansias de expanderse hacia el sur fueron inevitables lo que provocó una guerra a todas luces desigual e inequitativa. En ese momento el presidente de la unión americana era James Polk Knox quien habría advertido al congreso de su país de sus deseos de intervención a su débil vecino del sur, y fue el mismo congreso quien lo motivó a realizar esta invasión, es decir, casi de forma unánime se pronunciaron por esta salvo pocas voces que estaban en desacuerdo, entre ellas la de Abraham Lincoln representante de Illinois.
El territorio del Imperio Mexicano correspondió al antiguo virreinato de Nueva España con excepción de las capitanías generales de Cuba, Santo Domingo y Filipinas. Las provincias de
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